Cada miércoles cuando salgo en la madrugada, aparece ante mis pies la última copia del Ecos, que una camioneta siempre deposita grácilmente a toda velocidad. Y aunque recuerdo bien que la sección de cartas (que suelen ser el pareto inverso del periódico: el 20-80) siempre se ha tratado de quejas clásicas satelucas que demuestran un exagerado credo NIMBY (‘not in my backyard’), últimamente leer este periódico me ha causado más y más malestares.
El tema de moda, por supuesto, es el famoso Viaducto Elevado Bicentenario (AKA ‘Segundo Piso de Periférico Norte’). Muchos de los vecinos se han sentido ultrajados por el hecho de que la vialidad en cuestión es de cuota. Cinco pesotes cuesta el recorrido desde Lomas Verdes hasta el Toreo o viceversa en la tarde. Y claro, la primera razón que aducen estos satelucos para inconformarse por el cobro es que el ‘Segundo Piso de Periférico Sur’ no lo cobran.
¿Pues qué creen? Great news, gentlemen! El Segundo Piso de Periférico Sur SÍ lo cobran. Lo cobran hoy y lo cobran a los hijos de los chilangos con la deuda en la que incurrió nuestro amigo el Peje y que tendrá que pagarse de alguna forma. Si es endeudamiento, sus hijos lo pagan. Si es déficit, que causa inflación, sus hijos lo pagan.
Por cierto que en Santiago de Chile el túnel bajo el río Mapocho y en Sydney el túnel de Lane Cove lo cobran al igual que se hace con el Viaducto Elevado. Y hasta donde sé, nadie se ha quejado porque los ciudadanos no fueron acostumbrados por siglos a chupar de las ubres del gobierno. El segundo piso es una vialidad de cuota al igual que las carreteras: si quieres algo mejor, pues paga.
Me preocupa mucho la extendida creencia entre muchos vecinos de Satélite que la escasez no existe: que el gobierno es un hada madrina que debe regalar cosas porque sí, o porque ésa es su tarea.
Sé que muchos se han escudado en que ‘pagamos impuestos para ello’. Pues muy bien, señores: sus impuestos no financian infraestructura, al menos no en gran medida. Sus impuestos financian el gasto corriente del gobierno y toda una serie de prebendas para grupos de interés que siempre piden ‘más apoyos’: ya sea el agro, la educación, el cine, ‘la industria nacional’ o lo que sea.
No se puede chiflar y comer pinole: si quieren educación pública gratuita, seguro social, INFONAVIT, ISSSTE, UNAM, CONACYT, PROCAMPO, oportunidades, Seguro Popular, los gastos básicos del Estado que son procuración de justicia y defensa y además todavía carreteras y puentes… y seguir pagando IVA con productos a tasa cero, no pues estamos fritos.
Señores, es momento de despertar de una gran ficción: que podíamos vivir en un país con altísimos gastos ‘de bienestar’ y pocos impuestos. El Petróleo (a Dios gracias) ya se está acabando y nos está haciendo despertar a nuestra realidad: el gobierno no puede pagar sus gastos sin emitir deuda o subir impuestos. La única alternativa económicamente racional implica lógicamente recortes brutales al gasto público, pero oposición de los clásicos piqueteros que defienden ‘causas sociales’. (y probablemente oposición de muchos de ustedes también).Creo que es momento de dejar de chuparse el dedo y creer que basta con ‘gobernantes patriotas que amen a México’ para que de repente todo cambie. Es un grado de ingenuidad de verdad infantil. El gobierno no sirve para hacernos felices. El gobierno no sirve para procurar nuestro bienestar. El gobierno sólo sirve para evitar que nuestra vida, libertad o propiedad se vean vulneradas, y de ahí para adelante dejarnos en paz. Y hasta que no pongamos un freno a todas sus actividades que son dizque para darnos bienestar y limitemos fuertemente la labor del gobierno, todo seguirá igual. Punto. Todo lo demás es aire.
miércoles, 21 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario