"Cuando llegamos al estacionamiento se veía la pista de despegues. Antes de entrar al auto de nuevo; miré a la pista tras la lluvia y entonces deseé con todo mi corazón que alguna vez hiciera un viaje mágico a una tierra lejana" --- Introducción a la Odisea (1999)
Han pasado casi ocho años desde que escribí el texto que sirve de medio epígrafe a esta entrada. Un poco después de haber pasado seis días en Orlando, en Space Camp; me sentí con una enorme cruda moral, pero también con el enorme deseo de relatar lo sucedido. Así nacieron una serie de narraciones escritas por la computadora de un niño de trece años, en uno de sus peores años escolares y después de haber perdido su grupo de amigos. Con todas las faltas que ahora tolero de mi propia hermana, quien hace sus pininos en la escritura, relaté la historia de lo que había sido la primera Odisea.
"Dijo la maestra: -Quisiera hacer un pequeño alto para pedirle un favor a un compañero que acaba de tener una maravillosa aventura, José Joaquín, porfa ponte de pie y relátanos tu Odisea...” --- La Post-Odisea (1999)
La Primera Odisea ocurrió entre el 10 y el 16 de octubre de 1999. Después de haber contestado correctamente un cuestionario sobre astronomía, entré el 4 de septiembre a una prueba de habilidades físicas y de búsqueda de información para ganar una semana de campamento en Space Camp. De muchos que aplicaron, quedaron cien semifinalistas. Y ganamos veinticuatro.
La narración de aquellos acontecimientos está contenida en el texto "Una helada odisea", donde en un estilo singularmente infantil cuento cómo se fueron aquellos días de ensueño: algún día tendré la fuerza moral para leerlo y no terminar en el suelo riéndome o llorando por las obsesiones de aquel niño.
"P.D. Sé ahora que escaparé de nueva cuenta. Las odiseas se devoran." --- La Moleskine de Dykter, artículo 7 (2007)
En fin. La Segunda Odisea ocurrió hace dos semanas. Del 28 de abril al 5 de mayo de 2007. Después de haber contestado correctamente un cuestionario sobre habilidades de liderazgo, de pasar una prueba de habilidades mucho más difícil y dos entrevistas, fui escogido junto con otros veintinueve valientes para un seminario de finanzas en la mas lontana ciudad de Santiago de Chile. Algún día contaré la historia completa, pero en este momento no: mejor lean el blog de Himeku para saber un poco más de slang latinoamericano.
Lo que quiero enfatizar es que estos dos milestones sirvieron para propósitos distintos en distintas etapas de mi vida. Una la acogí con tórrido romanticismo; la otra con un alivio sorprendente. Una fue para tiempos de crisis, la otra para tiempos de sana y dura recuperación. Una para recordarme que todos estamos llamados a ser líderes, la otra para recordarme que jamás debemos negarnos a esta verdad. Una para construir, y la otra también. Una para retar paradigmas, y la otra también. Una para hacerme sentir como nunca, y la otra también.
Como digo en la libreta, y como parafraseo a cierta camioneta: escapar es un arte
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