lunes, 28 de mayo de 2007

Mis memorias con la economía

En un larguísimo ensayo que yace tranquilo en las páginas de mi Moleskine y lleva por número el seis, hago una disertación sobre cómo fue que descubrí maravillosa y ebriamente cómo Jorge Luis Borges en toda su genialidad, me enseñó economía mediante su famoso cuento: "El jardín de los senderos que se bifurcan".
Todos los detalles se hallan en tal libreta, pero lo importante aquí es que ahora que reflexiono con mayor cuidado, yo ya sabía algo de economía mucho tiempo antes. Me explico.
Resulta que desde el 7 de junio de 1996 hasta el 25 de septiembre del 2001 usé bracketts (o frenos para los puristas de la lengua). Como mis papás son ortodoncistas, jamás he pagado ni un peso por cuestiones odontológicas.
Al igual que pasa con los hijos de psicólogos, por poner un ejemplo burdo, yo resulté un desgraciado para cuidar mis dientes. ¡Cinco años y pico con frenos! Frenos que por supuesto, se caían una y otra vez hasta pulverizar esmalte y dentina de mis dientes anteriores y superiores (como aclaración, diré que los frenos de abajo sólo estuvieron dos años, contra los cinco de los superiores).
Ahora, con tres cursos de economía muy básica encima, puedo reflexionar sobre la genialidad de Hayek y Von Mises, cuando dijeron que el estado no puede sustituir al mercado porque no conoce el costo de oportunidad.
Desde niño había concluido que uno: "no valora lo que no paga". ¡Economía para dummies, ni más! Por esto es por lo que del total, el 90% de los estudiantes de cierta universidad mexicana son casos perdidos, por esto es por lo que el seguro social está como está, y por eso es por lo que mis dientes terminaron como terminaron antes de un excelente trabajo de odontología estética por parte de mi mamá. Cuando uno no conoce o no tiene noción de lo que sacrifica al tomar una alternativa, entonces no tiene incentivos para siquiera mostrar respeto por lo que ha escogido. ¡Fantástico!
Ésta es una de las grandes nociones que me ha dado la economía.

1 comentario:

Xime-chan dijo...

No hay más, me has conquistado.

Atte.
La economista

Por cierto, felicidades por la llamada de La Compañía. Sé que te va a ir muy bien, nos estaremos viendo!