viernes, 18 de mayo de 2007

Mis manías y yo

Cuando era niño solía tener toda una serie de manías que casi cualquier persona consideraría normales: entre ellas se encontraba por supuesto no pisar ninguna raya o grieta en las calles (un imposible en Chill&GoLand), morderme la lengua hasta molestar a cualquier persona que estuviera cerca, o bien golpear con los dedos o con el canto de la mano todos los barrotes de las rejas de las casas por las que caminaba.

La historia viene al cuento porque en estos días de aprehensiva espera, me ha llegado una especie de nuevo ritual, consistente en que cada vez que veo un producto de La Compañía lo tomo inmediatamente y leo en su etiqueta que efectivamente es La Compañía quien lo ha hecho. Incluso esto se repite para todas las veces que paso por el mismo producto, esté en mi casa o no, y sabiendo o no que dicho producto fue hecho por La Compañía. Es una de las manías más extrañas que he desarrollado, quizá por lo impactante de la espera, quizá por que hacía varios meses no me cargaba la obsesión tan fuerte como ahora.

Mientras tanto, ayer fui al estadio a que me robaran la garganta y a salir ligeramente molesto por la irregularidad en el nivel de juego de mi equipo. Entraremos pronto a exámenes finales, con lo que espero poder terminar rápidamente el libro de Walker y seguir escribiendo. Me prometí terminar un libro para diciembre, y espero sinceramente lograr esa meta; aunque por otro lado, espero aprehensivamente que pronto no tenga tiempo de hacer nada.

A esperar, entonces.

p.d. Acabo de leer en el blog de Himeku que a ella ya le hablaron. ¡Enhorabuena!

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