lunes, 21 de mayo de 2007

Sobre los crossovers

El sábado pasado me di una vuelta por el Mixup de Plaza y como siempre, busqué las mismas cosas que siempre busco. Válgame.
El caso es que reprendido anteriormente por mi falta de prodigalidad, decidí darme un gusto ligero, aunque tal vez un poco más deseado por la ocasión. Me refiero a un DVD de Hoobastank, mi banda favorita. Aunque tuve que decidir entre ése, otro DVD, esta vez de Lifehouse, y el primer disco de la primera banda mencionada, al final me quedé con La Cigale, que es un concierto semi-sinfónico donde la banda mezcla la dulce agresividad de su rock alternativo con un revestimiento forzosamente exultante dado por la orquesta. Suena como Yanni en sus mejores tiempos; pero suena bien, al fin y al cabo: sobretodo escuchar Same Direction con música de fondo tipo persecución de James Bond.

Esto me llevó a reflexionar cómo una de de las herencias más notables de la década de los fabulosos noventa fue la institucionalización del crossover como:
1. - Una forma en que una banda, solista o grupo fuera capaz de alcanzar nuevos mercados mediante la diversificación y conocimiento de un público ajeno a su música.
El pionero en estas cosas se llama Luciano Pavarotti, quien con sus conciertos de Pavarotti & Friends llevó el Pop hasta las salas de concierto más o menos cultas. Se dieron cita en ellos gente como Bryan Adams, Celine Dion, Brian May, Aqua, Savage Garden, Maná, etc. Poco a poco, hacer crossover, como cita Dietrich Schwanitz en su famoso libro de La Cultura, se ha vuelto una necesidad para muchos artistas.
Es como esos cuadros de castas del virreinato: podríamos hacer toda una matriz enorme con los supuestos ya clásicos. Ejemplo: de hip-hop y música latina da reggaetón, de norteña y electróncia da Nortec, de norteña y reggaetón da Intocable tocando con Calderón, de ópera y lounge da ópera chillout, de ópera y pop de boy band da Il Divo, de ¡ópera y bolero! da Carlos Cuevas haciendo dueto con un César Rodríguez que canta el más nopalero italiano que he oído en mi vida.
Si bien el rock per se permite que sus estilos internos se fusionen muy frecuentemente, la fusión de géneros distintos resulta mezclas gloriosas, interesantes o francamente, deleznables. Sin embargo, esta opción como diversificación de la oferta musical es sumamente importante para que ya sea de manera temporal o de manera permanente, personas que no estén acostumbradas a ciertos ritmos puedan conocer un poco más del tremendo espectro de la música. ¿Quién sabe? habrá algún músico de cámara que se interese por el rap metal. Ésas son historias que vale la pena contar.

2 comentarios:

Xime-chan dijo...

Es impresionante tu conocimiento sobre música! Estás lleno de sorpresas. Por cierto, nos vemos el viernes.

Joaquin dijo...

Gracias por tus siempre atinados comentarios, Himeku.
Nos vemos el viernes