¿Por qué creo que "Yo soy aquél" es la frase más heroica que se ha pronunciado jamás?
Ésa es toda una pregunta para mí, aunque voy a intentar darle una respuesta satisfactoria en la presente entrada.
La declaración tiene de grande lo de un Borges, por ejemplo. (Dato cultural: una frase muy parecida la dijo el genial argentino para referirse a Shakespeare). Es una declaración tan resuelta como breve. Aleccionadora como mortal. Fuerte y directa como triunfal. Supone responder al estilo alta literatura a una pregunta que siempre hacen en los congresos estudiantiles chafas, en las reuniones de liderazgo de charlatanes y en las sesiones bíblicas de autoayuda.
El orador, melodramáticamente, hará que su mano apunte a la audiencia y gritará en estado fingidamente iluminado:
¿Quién eres tú?
Te pones de pie, alzas la cabeza y respondes:
Yo soy aquél.
Tres palabras. Tres sílabas. Demoledoras por sí mismas. Asesinas como saetas.
Si le pusiéramos un cuadrito de pensamiento al célebre caminante ante el mar de niebla, la cual es mi pintura favorita, seguramente sería ésa. (Aunque rivalizaría mucho con el Kyrie, discutido tan extensivamente en esta misma instancia).
Por eso creo que la frase más poética que existe, la escribió Manuel Alejandro y la dijo Raphael
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