Aunque meterme en temas políticos casi siempre resultará en mentadas calurosamente enviadas de parte de nuestros enemigos, esta vez después de leer un post del maracucho en el facebook sentí un profundo orgullo porque alguien de mi generación se atreviera a tomar la palabra en la más alta tribuna de su país, que anda por aquella senda que Hayek llamó "el camino de la servidumbre", con el fin de representar a todos los estudiantes venezolanos y denunciar la cobarde, autoritaria y artera acción de El Comandante cerrando la televisora RCTV.
He leído muchos comentarios, más irracionales que racionales por parte de la "progresía" donde aplauden la decisión de micomandante Chávez, arguyendo que la ley le permitía no renovar la concesión, y es cierto. Que el canal era parcial y sesgado, es cierto. Que apoyó al golpe de estado contra él, es cierto. Sin embargo, la ley debe existir sólo para proteger vida, libertad y propiedad de los individuos, dejándolos hacer lo que quieran siempre y cuando no ataquen estos tres derechos. En este caso, la actuación del gobierno venezolano no fue en contra de la ley, sino en contra de los principios que la sustentan: del contrato social que seres libres y racionales suscriben para crear una agencia llamada "gobierno" que no sirva sino para lo mencionado anteriormente. Cuando el gobierno se extralimita en sus funciones y decide cómo los seres humanos han de utilizar y asignar sus recursos, siempre escasos a necesidades ilimitadas, entonces está tiranizando sin lugar a duda la libertad de todos ellos. Aquí en México no ha faltado algún despistado perredista o unamita borrego que aplauda la decisión de Chávez y pida que se haga lo mismo con Televisa. Ignoran que si Televisa es mediocre, mala o sesgada, todos tenemos un instrumento poderosísimo contra ello: un botón rojo que está hasta arriba del control remoto. Yo siempre cambio de canal y además, no le voy al América. ¿No hay mejor manera de ejercer mi derecho a decidir qué es lo que quiero ver por televisión?
Estoy orgulloso de Douglas, compañero y amigo del LAFS. Orgulloso porque dictó cátedra ante una asamblea controlada por un hombre que no tiene diferencia alguna con Mussolini, Stalin, Pol Pot o Palpatine, por poner ejemplos variopintos. Orgulloso porque demostró cómo cuando una persona es consciente de los principios de la ciencia económica, es capaz de luchar porque su sociedad abandone ese camino de la servidumbre. Orgulloso porque siempre habrá una juventud, minoritaria tal vez, que no se deja convencer por los anatemas, las etiquetas y los juicios a priori con los que nuestros enemigos de izquierda han inundado la lucha ideológica. Y orgulloso porque las ideas de nosotros los libertarianos, confrontadas ante la vulgar respuesta de nuestros escarlatinos enemigos nunca sonaron mejor: libertad de elección.
Doug: je crois en toi, je crois en libertè
Como no sé poner videos youtubianos en el blog, les paso el link:
http://www.youtube.com/watch?v=3Vt8JPXNIGQ
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